miércoles, 7 de julio de 2010

Cuando el Yo ha muerto



Existencial o imaginario, el Yo ha muerto.
Acción creada, camino descubierto,
No por mí, no para mí; por otros.

¿Sera error? Posiblemente.
¿Sera virtud? También.
Solo se, el Yo ha muerto.
Nos miramos al espejo y el Yo no piensa.

Sacudimos nuestras palmas,
Nos la lavamos y pensamos,
Caminamos y creamos;
Por otro, para uno.

Si la vida es tan simple,
¿Por qué dudar?

El mundo no es de "si" y "no"
Pero de "tal vez" y "quizás".
Nada es predecible:
Hay que accionar para poder soñar, punto.


Nos dedicamos al estudio y al mejoramiento personal para algún día ser admirado por alguna multitud mientras unos que otros se satisfacen a la idea de ayudar a otro lo cual también, al ayudar esperamos algo a cambio. Siempre se espera algo a cambio, y aunque la lección aprendida nos diga lo contrario, seguimos creyendo que es normal recibir luego de dar.
Si aquel que te satisface y te guía, te respeta y al igual tú, ¿por qué alejarse de donde se aprende y se siente a gusto? No somos la gente que nos rodea pero de ellos es que se aprende. Somos la mezcla de nuestro pasado junto al presente, dándonos nuestro toque de personalidad.

Si te adaptas a la hipocresía, la hipocresía no te será la misma para aquel adaptado a la verdad.

La verdad es absoluta y perfecta en todos los sentidos. Creamos y destruimos por otros, no por nosotros mismos. Sea virtud o error, algo anda mal, muy mal por eso es que el Yo ha muerto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario