jueves, 19 de mayo de 2011

Hallazgos en el Camino



Logremos entender el afecto, la composición del sentimiento y la lejanía de los colores… o al menos eso intentaremos.

Sobrado de luces, mareado del conocimiento y reflejando las cicatrices en el espejo, nos vemos a nosotros mismos tal y como somos, sin sombra y sin luz, sin oscuridad ni amargura y la sonrisa le cuesta doblarse en ausencia de felicidad. Llegamos a nuestros hogares sin abrir las puertas. Nos encerramos en las esquinas más profundas de nuestro insomnio y ahí empieza nuevamente, lo que llamo yo "tener los ojos bien abiertos". Nos amarramos, aferrados, estancados en lo que tenemos por cierto que es "bueno" y "fiel" que de seguro nos dará algo en que pensar en los días porvenir.

Distraídos de nosotros mismos y de nuestras realidades, abandonando lo que esta "a salvo" y "seguro", mintiéndonos constantemente y paseamos por estos senderos como nuestros caminos a seguir sin pensar en una meta pero sabiendo que todo tiene un fin… que decidimos ignorar.
De vez en vez logramos ignorar los dolores del tiempo, las cicatrices que deciden brotar y sangrar nuevamente y aun en compañía nos recordamos de las llagas y el mal olor del recuerdo y vemos a nuestro lado, a los ojos del prójimo y pensamos "he aquí mi renacer", "he aquí lo que quiero"... y nos mentimos nuevamente.

Aun seguimos sin entender el afecto, la composición del sentimiento… pero creo que ya vemos por qué los colores permanecen en distancia.

Decidimos actuar, chocando contra la realidad a puro golpes, una batalla constante que no sabemos ni por qué la peleamos. Encontrando promesas que no fueron admitidas ni dichas, y así creemos que existen. Persistimos en una realidad incierta e insegura, liberamos todo nuestro ser y abrazamos nuestros sentidos, afilados y sedientos.

Corremos a contra corriente, por periodos cortos de soledad y cuando llega el momento, nos dejamos llevar... nos volvemos uno con la naturaleza. El viento nos sabe a dulce, el agua y el mundo nos hace recordar o por lo menos pensamos "la vida es bella". No extrañamos nada y todo nos extraña. Todo parece ser propio y compartido a la vez, y más nadie lo puede tener más que el conjunto que conforma la palabra "nosotros". Creamos un mundo fantasía, un mundo que solo en cuentos hemos leído de él. La sonrisa es fiel y sincera, no podemos encerrarnos más y decidimos ni intentarlo ya que somos "almas libres".

No recuerdo donde lo escuche, pero "si quieres matar la pasión, búscale la razón" y he aquí yo... sigo sin entender.

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