En
cuentas cerradas gotean las risas, saboreamos el intento y les deseamos a los
infieles. Logrando las incertidumbres de lo cierto llegamos hasta un final,
hasta un punto, en el que la sonrisa incierta es la más sabrosa de todas.
Poniendo
puntos finales en nuestros cuentos de hadas y fantasías es que logramos ver la
realidad. Sabemos bien de esta realidad, pero como la verdad es incierta, la
duda es lo correcto.
Lloran
los latidos del corazón pidiendo a gritos una verdad segura y un amor
profundo, mientras que nuestra piel permanece
inquieta y nuestros ojos en fervor y ansiedad por los gustos que aun no hemos
logrado saborear.
Hacemos
carreras entre nosotros mismos no para llegar a ninguna meta y nombrarnos como
campeones, simplemente queremos correr lejos del alcance del prójimo. Ser
intocable e inalcanzable es la meta; nunca dejamos de correr.
Fijando
los ojos a un punto fijo lograras que las vistas se choquen. Mantén caminos
apartes en corazones de poca equidad. Nunca es cuestión de caminar hasta el
final de la cuerda floja, es simplemente mantenerse caminando.
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